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La resurrección de Cristo de entre los muertos: ¿La mayor verdad de la historia?

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La muerte de cristo no fue el fin, porque resucitó de entre los muertos y su resurrección es el fundamento sobre el que se edifica la fe cristiana. Él es el único que a través de su resurrección venció a la muerte y derrotó a Satanás. Entonces no hay temor para el creyente en Cristo de la muerte o de Satanás, porque Jesús está vivo.

El Nuevo Testamento registra que cuando María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro en el que habían puesto a Jesús, se les apareció el ángel del Señor y les dijo:

… No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Luego vayan pronto a decirles a sus discípulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”. Ahora ya lo saben. (Mateo 28: 5-7)

Desde el comienzo de la iglesia cristiana, la resurrección fue el testimonio principal y la esencia y profundidad de la predicación del evangelio. En el primer sermón registrado en el libro de los Hechos (libro que habla del origen del cristianismo y su rápida difusión), Pedro dirige sus palabras a los judíos y habitantes de Jerusalén, confirmando que Cristo resucitó de entre los muertos, (Hechos 2 :23, 24) y termina su sermón afirmando que

A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.

(Hechos 2: 32) 

¿Jesús resucitó de entre los muertos? ¿Hay alguna razón prominente y convincente que nos haga creer en la resurrección de Cristo?? Sí, hay muchas evidencias y pruebas que confirman la resurrección de Cristo de entre los muertos. El médico e historiador Lucas, que siguió cuidadosamente la verdad de lo que registró, dice:

“Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo…” (Hechos 1:3)

¿Cuáles son estas pruebas que confirmaron a los apóstoles y discípulos y les demostraron que Jesús había resucitado de entre los muertos?

Le presentaré, mi querido lector, la evidencia bajo cinco encabezados para simplificar su comprensión:

  1. La muerte de Cristo en la cruz
  2. La creencia de los discípulos de Jesús de que había resucitado de entre los muertos porque se les apareció muchas veces: a) La aparición de Jesús a muchos individuos y grupos. b) La audaz predicación de los apóstoles y seguidores de Jesús de su resurrección c) El cambio de vida repentino y radical de los apóstoles y discípulos después de que Jesús se les apareció
  3. El cambio completo y repentino que le sucedió a Pablo, el antiguo perseguidor de la iglesia y de los cristianos, después de que Jesús se le apareció
  4. El cambio completo y repentino que le sucedió a Santiago, el que dudaba, después de que Jesús se le apareció.
  5. El hecho histórico de la tumba vacía.

La única forma en que todos estos hechos pueden explicarse es con el hecho de la resurrección de Jesús de entre los muertos. Esta es la evidencia de que Jesucristo resucitó de entre los muertos como lo prometió, y como lo profetizaron los profetas del Antiguo Testamento cientos de años antes.

Primero, la muerte de Jesús en la cruz.

He discutido esta evidencia en la primera parte de este artículo y he mostrado que la muerte de Cristo en la cruz es un evento histórico que tenía que suceder según la voluntad y la promesa de Dios. Mostré la evidencia que prueba que sucedió. Este evento es evidencia de la resurrección de Cristo, porque si no sucedió la crucifixión de Cristo, seguida de su muerte, esto significa que no hay resurrección histórica. Pero Jesús (y no otra persona que se le pareciera) fue crucificado y sepultado en un sepulcro que se sabe fue bajo estricta guardia romana.

Segundo, los discípulos de Jesús creyeron que Jesús resucitó de entre los muertos, porque se les apareció muchas veces.

a) La aparición de Jesús a muchos individuos y grupos.

Esta verdad apareció en un punto muy temprano en la historia de la iglesia primitiva. El apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 15:3-8 

Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.

Estos versículos son evidencia clara y fuerte de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Se apareció a individuos y grupos en varios momentos y en varios lugares: se les apareció a María, Pedro y los once apóstoles, a ciento veinte personas, a Santiago y luego a quinientas personas como hemos leído anteriormente. El testimonio de estas personas fue independiente uno del otro y fueron testigos presenciales. En otras palabras, lo vieron personalmente y no escucharon acerca de su resurrección de otras personas. Por eso decían: “Somos testigos de eso”.

Entonces observe, querido lector, la expresión, “La mayoría de los cuales todavía están vivos”. En otras palabras, el apóstol Pablo que escribió estos versículos dice: “Puedes ir y preguntarles a aquellas personas a quienes se les apareció Jesús”. Eso fue porque todavía estaban vivos y podían confirmar lo que dijo Pablo.

¿Es razonable que toda esa gente estuviera alucinando, como algunos han afirmado? Es imposible que esto sea lo que sucedió, porque algunos de ellos comieron y bebieron con él. Cuando Jesús se apareció a los once apóstoles, les dijo:

“Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo”. (Lucas 24:39)

42 Le dieron un pedazo de pescado asado, 43 así que lo tomó y se lo comió delante de ellos. (Versos 40-43)

b) La audaz predicación de los apóstoles y seguidores de Jesús de que había resucitado

Después de que Jesús se apareció a los apóstoles y discípulos, comenzaron a predicar su resurrección con osadía. No lo habían hecho antes. Su predicación comenzó en la ciudad de Jerusalén donde Jesús había sido crucificado. Si Jesús no hubiera resucitado, los principales sacerdotes habrían dicho a sus discípulos: “Él no ha resucitado. Aquí está su cuerpo”. Predicaban la resurrección de Jesús ante las amenazas de los principales sacerdotes y de los jefes de la guardia del templo, al grado de admirarse de la osadía de Pedro y Juan, cuando decían al principal sacerdote y a los ancianos que Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos (Hechos 4:10,13). Así, los seguidores de Jesús, a quienes se les apareció después de su resurrección, predicaron al respecto sin ningún beneficio o ganancia personal. Por el contrario, recibieron persecución y muerte como resultado de su fe en la resurrección de Cristo.

Por ejemplo, Pedro anunció:

pero Dios lo resucitó al tercer día y dispuso que se apareciera, 41 no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección.”

(Hechos 10:40-41)

Así Pedro y los otros apóstoles hablaron públicamente: “Nosotros no podemos dejar de hablar acerca de todo lo que hemos visto y oído»...”

El apóstol Pablo habló con valentía de la resurrección de Cristo delante de los jefes de la sinagoga de los judíos y de los israelitas, y les contó lo que le había sucedido a Jesús, diciendo:

“Después de llevar a cabo todas las cosas que estaban escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo sepultaron. 30 Pero Dios lo levantó de entre los muertos. 31 Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.” (Hechos 13:29-31)

 Fíjate, querido lector, que lo que le sucedió a Jesús estaba escrito, se cumplió la profecía del Antiguo Testamento, mas el hecho de que Jesús se apareció a grupos de sus discípulos durante muchos días y no una sola vez.

De tal manera, cada vez que los jefes de los sacerdotes amenazaban a los apóstoles para que no predicarán la resurrección de Cristo, los apóstoles daban testimonio al señor Jesus por su gran poder y hablaban de la palabra de Dios con osadía.(Hechos 4:23)

c) El cambio radical en la vida de los apóstoles y discípulos después de que Jesús se les apareció

Los apóstoles y discípulos de Jesús, cuando Jesús fue arrestado, muerto y sepultado, estaban temerosos, confundidos y mirando sólo hacia adentro, porque habían visto sepultado a aquel en quien habían puesto sus esperanzas. Marcos 14:50 en el Nuevo Testamento dice: “Todos lo dejaron y huyeron..” Incluso Pedro negó haber conocido a Cristo tres veces. El miedo los estaba controlando en la medida en que

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.

—¡La paz sea con ustedes! (Juan 20:19) 

Pero luego de que Jesús se les apareció después de su resurrección, sus vidas cambiaron por completo y se volvieron audaces e iniciadores, llenos de alegría y esperanza como leemos en la continuación del versículo anterior.

“…entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!

20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. (Juan 20:19-20)

 Estaban dispuestos a morir para afirmar la exactitud de la resurrección de Jesús. Aceptaron ser objeto de persecución, sufrimiento y muerte a causa de su fe y de su predicación de la resurrección de Jesús de entre los muertos. Pedro, que negó a Cristo, se paró frente a los principales judíos y predicó la resurrección de Cristo. Explicó a sus oyentes cómo Jesús se le había aparecido a él y a los demás. Pablo, que había sido uno de los más feroces enemigos y perseguidores de los cristianos, predicó con audacia la resurrección de Cristo y entró en la sinagoga de los judíos, “explicando y demostrando que el Cristo tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos, diciendo:

“Este Jesús, que les anuncio, es el Mesías”. (Hechos 17:3) 

¿Qué fue lo que cambió la vida de todas estas personas? ¿Fue una mentira? ¿Fue un engaño? ¿Era una historia inventada? ¿Has oído, querido lector, de alguna persona que estaría dispuesta a morir por una mentira? ¡No! Sus vidas habían cambiado porque habían visto a Cristo vivo, resucitado de entre los muertos.

Tercero, el cambio total y repentino que le sucedió a Pablo, el antiguo perseguidor de los cristianos, después de que Jesús se le apareció

Pablo era judío, fariseo y muy religioso. Él creía que la voluntad de Dios era que él persiguiera a los cristianos como dijo en el Nuevo Testamento:

“Ustedes ya están enterados de mi conducta cuando pertenecía al judaísmo, de la furia con que perseguía a la iglesia de Dios, tratando de destruirla. (Gálatas 1:13)

 Pablo continúa contando lo que hizo a los seguidores de Jesús:

Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación. 11 Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero. (Hechos 26:10-11)  

Pero Pablo cambió radicalmente porque Jesús se le apareció, como él mismo afirma. Después de la aparición de Jesús, Pablo se convirtió en el mayor predicador de la resurrección de Cristo, y la rápida expansión del cristianismo en el primer siglo le debe mucho. Leemos en el Nuevo Testamento:

Pero en Judea las iglesias de Cristo no me conocían personalmente. 23 Solo habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora predica la fe que procuraba destruir» (Gálatas 1:22-23)

¿Qué sucedió para causar este cambio? ¿Cómo alguien que se oponía a Cristo y perseguía a los cristianos se convirtió en uno de ellos que predicaba la fe que había tratado de destruir? No hay otra explicación para el cambio en la vida de esta persona además de haber visto a Cristo después de su resurrección, cuando se le apareció en el camino a Damasco. Cada ganancia que había tenido, como dijo, se convirtió en una pérdida: “Todo lo considero pérdida por la gracia de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.”

La fe de Pablo era tan fuerte y verdadera que, como los apóstoles y los primeros discípulos, estaba dispuesto a enfrentarse a la muerte para llevar el evangelio de Cristo y predicar su resurrección. Fue golpeado, azotado y apedreado por su fe en la resurrección, pero continuó predicando la resurrección de Cristo.

Cuarto: El cambio total y completo que le sucedió a Santiago el que dudaba después de que Jesús se le apareció

Santiago era un judío piadoso y religioso, pero no creía que Jesús fuera el Mesías esperado (Cristo). El Nuevo Testamento dice:

“Lo cierto es que ni siquiera sus hermanos creían en él.” (Juan 7:5)

Pero pocas semanas después de la crucifixión de Cristo, todos los hermanos de Jesús se hicieron creyentes en él. Estaban con los discípulos cuando estaban en el aposento alto, continuando orando después de que Jesús había ascendido al cielo. (Hechos 1:14) Después de eso, encontramos que Santiago se ha convertido en uno de los líderes de la iglesia.

¿Qué causó este cambio en la vida de Santiago? La única explicación es que Jesús se le apareció en el camino después de su resurrección de entre los muertos y Santiago creyó en Jesús tan firmemente que estaba dispuesto a morir por su fe en la resurrección de Cristo de entre los muertos.

Quinto, la quinta pieza de evidencia de la resurrección de Jesús es el hecho histórico de la tumba vacía

La tumba vacía es un hecho cierto y comprobado por varias razones que daré brevemente. Pero debo afirmar primero que después de que se confirmó que Jesús estaba muerto, un hombre llamado José se acercó al gobernador Poncio Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces José tomó el cuerpo y lo envolvió en vendas funerarias y lo puso en su propio sepulcro nuevo. Luego hizo rodar una pesada piedra sobre la puerta del sepulcro.

Para asegurarse de que el sepulcro no fuera perturbado, los principales sacerdotes y los fariseos fueron y pusieron una guardia frente a la puerta del sepulcro y sellaron la piedra. (La pena por romper el sello era la ejecución.) Esto confirmó la imposibilidad de robar el cuerpo de Jesús, como afirman algunos.

Pero al amanecer del primer día de la semana, el ángel del Señor descendió del cielo y removió la piedra de la puerta (Mateo 28:2). Así pudieron entrar en el sepulcro unas mujeres que llevaban especias aromáticas para embalsamar el cuerpo. Pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Después de eso, Pedro entró

“Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Vio allí las vendas y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús, aunque el sudario no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte (Juan 20:6-7)  

¿Cómo podemos estar seguros de que la tumba estaba vacía tres días después de la crucifixión de Jesús? Hay al menos tres razones:

  • Los apóstoles y discípulos de Cristo proclamaron su resurrección en Jerusalén. Esta era una gran ciudad. Si el cuerpo de Jesús todavía estaba en la tumba, las autoridades judías podrían haber mostrado su cuerpo a la gente y de esa manera, haber asestado un golpe mortal al cristianismo en su infancia. Pero no pudieron hacer eso porque la tumba estaba vacía.
  • Cuando los guardias contaron a los principales sacerdotes todo lo que había sucedido, el Nuevo Testamento dice: “Después de reunirse estos jefes con los ancianos y de trazar un plan, les dieron a los soldados una fuerte suma de dinero 13 y les encargaron: «Digan que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras ustedes dormían, se robaron el cuerpo.(Mateo 28:12-13) Esta es una confesión indirecta de que la tumba estaba vacía.
  • El testimonio de las mujeres: Si un escritor del primer siglo quisiera inventar una historia para engañar a la gente, no hubiera escrito algo que le restara credibilidad. Así, cuando leemos la historia de la tumba vacía en el Nuevo Testamento, encontramos que las mujeres fueron las primeras y principales testigos de su resurrección. Esto parece extraño y llamativo, porque en la cultura judía y romana, las mujeres eran consideradas inferiores y se dudaba de su testimonio. Por eso, leemos en el Nuevo Testamento que cuando las mujeres informaron a los apóstoles sobre el sepulcro vacío, “Pero a los discípulos el relato les pareció una tontería, así que no les creyeron”. (Lucas 24: 11) Si la historia de la tumba vacía fuera inventada, no habría mencionado a las mujeres, pero los nombres de las mujeres a las que se apareció Jesús se mencionan específicamente, y eran muy conocidas en Jerusalén.

Nada explica el hecho de la tumba vacía excepto la resurrección de Jesús de entre los muertos. Por lo tanto, este hecho histórico es una evidencia muy fuerte de su resurrección, como dijo muchas veces a sus discípulos.

Estas piezas de evidencia, los cinco hechos, muestran fuertemente la resurrección de Cristo de entre los muertos. Estos hechos y eventos sólo pueden ser explicados por el hecho de la resurrección de Jesús.

Finalmente, para concluir este artículo, hemos visto que el hecho de la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección de entre los muertos es el hecho más grande de la historia y el mensaje más importante en todo el mundo. Nos confirma el sacrificio, la incondicionalidad del amor de Dios que mostró Jesucristo cuando pagó la pena de nuestros pecados, la cual fue la muerte, y que por la muerte en la cruz en lugar de nosotros, y por su resurrección de entre los muertos para darnos garantía de que está vivo. Esto nos llama a la fe en él para recibir todas las bendiciones que prometió dar a los que creen en él.

¿Cuál es la importancia y necesidad de la resurrección según el Nuevo Testamento?? Nos prueba y nos afirma:

  1. Que lo que Cristo dijo acerca de sí mismo es correcto. Dijo que él era el camino, la verdad y la vida, y que nadie llega a Dios sino por él. (Juan 14:6) También dijo de sí mismo que es Dios encarnado y su resurrección de entre los muertos probó que lo que decía era verdad, pues leemos en el Nuevo Testamento: “pero que según el Espíritu de santidad fue designado[a] con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor. (Romanos 1: 4) 
  2. Jesucristo venció a la muerte y derrotó a Satanás, como leemos en el capítulo de la resurrección: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» (1 Corintios 15: 55)  El creyente en Cristo tiene la seguridad de la vida eterna y de la victoria sobre las tentaciones de Satanás.
  3. Los creyentes en Jesús serán resucitados al igual que Cristo resucitó como leemos en el Nuevo Testamento: “Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.” (1 Corintios 15:20) y “¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.” (1 Tesalonicenses 4:14)
  4. Jesucristo está vivo, y porque está vivo, el Nuevo Testamento dice: “Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos”. (Hebreos 7: 25)

Si crees, querido lector, en Jesucristo, como dijo de sí mismo, que resucitó de entre los muertos, es decir, que pones tu confianza en él, recibirás la vida eterna y el perdón de tus pecados, ya que Dios acepta a todos los que vienen a él por medio de Cristo, cualquiera que sea su origen religioso, denominación o étnia.

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